Tengo muy claro que ninguna acción buena se pierde en este mundo. En algún lugar quedará para siempre - Vicente Ferrer.

domingo, 13 de febrero de 2011

Niños soldado: el drama continúa


Es imposible calcular con exactitud el número de niños y niñas soldados. Hay decenas de miles en todas las regiones del mundo.Las organizaciones Alboan, Amnistía Internacional, Entreculturas, Fundación el Compromiso, Save the Children y el Servicio Jesuita a Refugiados se movilizan contra la utilización de menores soldados para denunciar las graves violaciones de derechos humanos a los que son sometidos diariamente niños y niñas en numerosos países.

Miles de menores soldados han sido liberados de fuerzas combatientes, ya sean grupos gubernamentales o insurgentes, tras acuerdos de paz y programas de desmovilización y reinserción en Afganistán, Burundi, Costa de Marfil, Liberia, República Democrática del Congo, el Sur de Sudán y otros países. Sin embargo, durante estos años han estallado, se han reanudado o se han intensificado conflictos en países como El Chad, Iraq, la República Centroafricana, Somalia y Sudán (Darfur), aumentando en estos lugares el reclutamiento de menores.

Los niños, niñas y adolescentes soldados han estado sometidos a situaciones extremas, en las que algunos han sido testigos del asesinato de sus familiares o han sido utilizados como instrumentos para cometer atrocidades. Muchos han sido víctimas de malos tratos, violaciones y otras formas de sexualidad forzada, incluidos los "matrimonios" con combatientes en el caso de las niñas. En numerosas ocasiones han sido drogados para vencer el temor al adversario, utilizados como carne de cañón, obligados a realizar saqueos, violaciones o a mutilar personas.

Las organizaciones solicitan a los Estados que aún no lo han hecho, que ratifiquen el Protocolo Facultativo de la Convención de los Derechos del Niño y la Niña sobe la participación de menores en conflictos armados. Se trata de la herramienta jurídica de protección más importante para los menores en conflicto.

El Protocolo es un instrumento imprescindible para asegurar que niños y niñas no son utilizados en conflictos armados. Aumenta a 18 años la edad mínima para la participación directa en las hostilidades, en comparación con la edad mínima anterior fijada en 15 años en la Convención sobre los Derechos del niño y la niña. También obliga a los Estados Parte a poner en vigor disposiciones estrictas allí donde no se cumpla.

Que ningún menor de 18 años sea reclutado ni utilizado en fuerzas armadas o grupos armados, ya que la asociación con fuerzas armadas priva a los niños y niñas de sus derechos y de su infancia siendo devastador el impacto físico y psicológico que les provoca.


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