Este es el cuarto suceso que se produce en la central nuclear de Cofrentes en las últimas semanas, tras la variación de potencia no programada que afectó a las instalaciones el pasado 1 de julio, la parada no programada del reactor el 26 de junio debido a la alta presión del mismo, y el incidente del 10 de julio, cuando la central declaró la prealerta de emergencia durante cerca de una hora y media debido a la apertura de una válvula de alivio del circuito primario
Desde Greenpeace, su responsable de la campaña de energía, Carlos Bravo, explicó al respecto que "este es otro fallo más que confirma lo que está demostrado, que cuando se agota la vida útil de una central nuclear se multiplican los problemas". "Cofrentes es una central envejecida, y su funcionamiento es cada vez más peligroso, y por lo tanto es más urgente su cierre". Asimismo, Carlos Bravo señaló que esta va a ser la tendencia , "cada vez habrán más fallos".
Los distintos organismos ecologistas han comenzado a exigir responsabilidades y a alertar, sobre los daños que estos incidentes nucleares han podido ocasionar en el medio ambiente.
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