Tras realizar una investigación sobre el terreno en el sur de Sudán, Costa de Marfil y Haití, Save the Children ha constatado que los abusos sexuales a menores de 18 años -sobre todo niñas, pero también varones- se siguen dando, quienes los padecen no los denuncian por miedo a represalias o a perder las ayudas que reciben de las organizaciones internacionales. Un informe hecho público por esta organización denuncia casos de rapto, prostitución infantil, pornografía y abusos sexuales, en algunos casos a cambio de comida, dinero o teléfonos móviles.
Naciones Unidas ya anunció en 2007 una investigación por abusos sobre más de 300 cascos azules destinados a los países mencionados por Save the Children.
Huérfanos, niños separados de sus padres y niños en familias que dependen de la ayuda humanitaria son, según Save the Children las principales víctimas. La ONG hace tres recomendaciones para atajar el problema: poner en marcha mecanismos de denuncia en los países afectados para que la gente pueda informar de los abusos; crear la figura de un nuevo controlador ("watchdog") que vigile y evalúe los esfuerzos de las agencias internacionales para atajar los abusos; que Gobiernos, donantes y la comunidad internacional ataquen de raíz las causas del abuso; y crear sistemas de protección nacionales.
Por un dólar
- Niño. Haití: "Había una niña que dormía en la calle. Necesitaba dinero y un grupo de gente la llevó con un cooperante de una ONG. Él le dio un dólar y ella se quedó encantada de ver el dinero, pero él la violó. Al día siguiente ella no podía andar".
- Niña de 15 años. Haití: "Dos soldados de paz nos llamaron y nos enseñaron sus penes. Nos ofrecieron tres dólares y algo de chocolate por hacerles una felación".
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